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Conciertos. Crónica. El Sábado 13-09-14. Extremoduro en la Monumental de las Ventas. “Cerca de la perfección”. Tomás Bartolomé

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Hacía en Madrid el sábado noche, 13 de septiembre de 2014, una temperatura ideal para escuchar un concierto en directo, de la que es una de las mejores banda de rock hispano. Para mi la mejor.

Después de organizar mis cosas  y descansar, iría al evento. Por la mañana había estado visitando el Museo del Prado, con su «El Greco y la pintura moderna», una exposición altamente recomendable, también había visitado, a Rafel Lozano-Hemmer, y su «Abstracción Biometrica«, en la Fundación Telefónica, la mejor exposición del año en dicha fundación; para mañana domingo, quedarían «Los Mitos del Pop», en el Thyssen.

Como estaba contando, el sábado, después de comer, y de una siesta de 2 horas para recuperar fuerzas, organicé mis cosas, tomé  un café, prendí unos cigarros, y me dirigí al metro que me acercó en un momento a la Plaza de Toros de la Monumental de las Ventas, donde a la 9:30, se  iba a producir uno de los más grandes acontecimientos musicales del año en la capital de España, el concierto de Extremoduro.

Llegué a la plaza una hora antes, accedí a ella muy cómodamente, sin agobios ni apreturas, colocaban cintas de color, (rojo en mi caso, que correspondía a ruedo), en la muñeca, para organizar la ubicación del público en la plaza. Me dirigí a una de las barras y pedí cerveza, encendí otro cigarro. A esa hora nos encontrábamos en “Las Ventas”, unas 7.000 personas.

Me llamó la atención el firme de la plaza de toros; al ser arena, prometía polvaredas, y así sucedió. En algunas fases del concierto, el barro cayó literalmente sobre nuestras cabezas.

Había algo que llamaba la atención, algo novedoso; a ambos lados del escenario se podían ver dos pancartas, una, a la derecha según miramos el escenario ponía, «zona marchosa», la otra a la izquierda «zona tranquila». Extremoduro quiere, que el público que asiste a sus conciertos, y que es tan variado y diverso, pueda sentirse a gusto; a mí me parece bien, los carteles no obligan ni prohiben nada, yo había decidido ponerme en cualquier sitio que me encajara; al final me puse a la izquierda, cerca del escenario, sin ningún problema.

Media hora antes del inicio del concierto, una voz de la organización, avisó que el evento empezaría rigurosamente a la hora anunciada, y qué por favor se facilitáran los accesosde entrada al recinto. El ambiente se había ido caldeando por momentos, por allí andaba la Sexta cámara en mano grabando y haciendo entrevistas. El aspecto que ofrecía la plaza era magnífico. Pocos minutos después por megafonía, repiten el mismo aviso que la vez anterior; el evento empezará, con puntualidad británica. El espectáculo va a comenzar, la emoción es indescriptible, nuevamente un aviso, «No se puede grabar el concierto», nos piden que guardemos los móviles; el público premia las palabras que escucha con sonoros pitos.

Son las 9:34, mientras anochece en la metrópoli, se encienden las luces del escenario, oímos sonidos de gruas industriales; un contenedor metálico baja del cielo, esta noche estrellada y agradable, del mes de septiembre madrileño. En un decorado de contenedores apilados, uno de ellos, se posa suavemente  en el suelo del escenario, poco después se eleva lentamente, dejando al descubierto, a estas estrellas del rock, que ahora hacen palidecer a las que brillan en el cielo.

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Foto. By Tb Art. Fondo, archivos fondos propios.

Han empezado con «Extraterrestre» un tema instrumental; el delirio se apodera de 17.000 almas entregadas. Robe nos cuenta, «Hoy tengo la voz un poco jodida«…

«Soy un cabrón, no tengo la voz así, porque ayer estuviera tocando aquí en el mismo sitio; estamos tocando todos los fines de semana conciertos seguidos, es simplemente, porque me quedé tocando la guitarra, hasta las seis de la mañana».

Confesión, que nos da una idea de las ganas que tiene, y de lo que significa la música para Robe Iniesta; del estado de gracia en el que se encuentra, el genial artista extremeño.

Atacan «Sol de invierno» el sonido como habitualmente en sus conciertos, es muy bueno; claro, potente, y compacto.

Robe Iniesta, soporta, un cuerpo enjuto sín un átomo de grasa; está delgado y fibroso; viste una camiseta blanca sin mangas, estampada, con unas flores de colores, pantalón amplio de gasa, con estampados jipis en colores ocres, y sandalias de cuero marrón; en su brazo derecho la amplia muñequera negra de otras ocasiones; ceñido a su cuello un collar  de cuero. El pelo castaño y rizado le llega hasta los hombros, y es mecido por la suave brisa de final de verano, que hábilmente se cuela con suavidad, por los tendidos de “La Monumental”.

Golpe a golpe, verso a verso; Extremoduro va desgranando un puñado de buenas canciones, poesía pura, miel para los oídos; «No me calientes que me hundo», especialmente para este concierto; y también, «La vereda de la puerta de atrás» o «Locura Transitoria».

Todo, se desarrolla con normalidad, hasta las 10:30 horas, momento, en que se produce la segunda pitada de la noche; Robe Iniesta, como en todos los concierto de la gira, «terco como una mula», indica que va a tocar un tema que aún no esta editado, y que por favor no lo grabemos; se trata de «Canta la rana», el público se revuelve pita y protesta, Robe para aplacar los ánimos dice que regalará, a todos un audio de la canción, cuando esté publicada. Los ánimos se calman.

El concierto esta siendo magnífico. A las 11:30, se produce el descanso. Normalmente son de media hora, en esta ocasion serán solo de 15 minutos; Robe Iniesta nos dice, que esto es lo que pasa en una ciudad gobernada por un ayuntamiento facha; seguramente en referencia a lo que ocurrió con Bruce Springsteen, en su concierto del Bernabéu, en Junio de 2012, cuando el Boss fue multado con 20.000 euros, por saltarse la normativa municipal, que pone hora al final de los espectáculos en la capital de España. Robe Iniesta necesita tiempo para encajar el repertorio y recorta el descanso. No quiere pagar una multa, él no es  Bruce Springsteen, ni falta que le hace.

Empieza la segunda parte; «Jesucristo García», provoca el delirio colectivo, Robe nos demuestra en este tema, que también es un gran guitarrista. Las canciones se suceden a un ritmo endiablado y sin concesiones. «Poema sobrecogido», y también «Pedrá» o «Puta», con la que se llega al paroxismo. La emoción y la anunciada polvareda, secan nuestras gargantas.

11:55, se produce un parón; la luz de los focos se viene abajo, y el escenario se funde en negro, no sabemos lo que pasa, tal vez, algún problema técnico; un minuto y veinte segundos después, el espectáculo continúa.

12:10 Uoho sube con el teclista y golpea las teclas del órgano hasta derribarlo en una especie de akelarre destructivo.

Poco a poco, canción a canción, nos encaminamos al desenlace final; escuchamos «Ama»; ama, ama, y ensancha el alma, con versos del genial poeta salmantino Manolo Chinato, afincado en el Puerto de Bejar, entre las provincias de Salamanca y Cáceres, cerca de Bejar, y que como es natural esta noche se encuentra también entre nosotros.

El último tema del concierto será «El camino de las utopías».

«Hasta siempre». Robe se despide de Madrid, con un público totalmente entregado; se le ve inmensamente feliz; saluda y finalmente desaparece.

Roberto Iniesta, ya no está, sólo queda el apoteosis final.

El resto de la banda toca «Rockin all over the World» con un ritmo trepidante, y derribo de pies de micro incluidos por parte de Uoho que ya, sin la camisa negra y las botas de vaquero (ahora calza unas zapatillas verdes, se ha empeñado en derribarlo todo.

El concierto termina; son las 12 horas 50 minutos, de la madrugada del domingo, hemos asistido a una gran noche de Rock. Gracias Extremoduro y hasta la próxima…, si es que esta noche no es la última.

Han sido 3 horas y 20 minutos, en el que el paraíso en la tierra se encontraba en la Plaza de Toros de La Monumental de las Ventas  de Madrid.

EXTREMODURO

Extremoduro. Lo forma Robe Iniesta en 1987 en Plasencia; dos años después graba su primera  maqueta y su primer disco, «Tú en tu casa nosotros en la hoguera».

Después de muchos avatares y cambios de formación, en 1996, se produce su primer gran éxito «Agila» luego vendrían muchos otros. En 1991 Robe conoce en la Plaza de toros de Villadiego, Burgos, a alguien que con el tiempo resultaría imprescindible, se trata de Iñaki Antón «Uoho» que por aquel entonces tocaba con Platero y tú. Uoho en esta época se convierte en el productor de sonido y arreglos musicales de Extremoduro.

Después de muchas batallas y rifirrafes en  lo que ya, va siendo una larga carrera musical, llega una etapa de estabilidad y madurez.

En 1997 Robe Iniesta se establece definitivamente en Lezama, Vizcaya, este mismo año entra en la formación José Ignacio Cantera a la batería, una verdadera maravilla, es como un metrónomo perfecto, jamás se le escapa un palo, es un máquina que nunca falla.

En 1998 Uoho da un paso más. Productor, y arreglista musical de Extremoduro, se convierte en el guitarrista de la banda, un miembro de pleno derecho. Hasta entonces, había sido el productor de los últimos discos de Extremoduro. Y aunque, también tocaba en los últimos discos de Extremoduro, no era un músico de la banda, (su consideración, era la de personal adicional).

Uoho es lo que podríamos definir como un «Animalmusical» para Iñaki Antón, la música es algo natural que fluye continuamente. Además de la guitarra, toca la percusión, el bajo, el trombón de varas, el piano: También hace coros. Es un músico genial que desborda energía.

En 2001 se incorpora Miguel Colino, toca el bajo rayando la perfección, es incansablemente brutal, y lleva la música inyectada en vena.

Completan la banda que hemos escuchado en directo, en la monumental de las ventas:

Félix Landa guitarra de apoyo, y voces de apoyo y percusión; realiza una labor sorda muy meritoria, es un gran instrumentista y consigue con los coros, unos agudos muy altos que arropan, y apoyan, la voz siempre rasposa de Robe Iniesta.

Finalmente Aiert Erkoroka teclados, un músico con formacion clásica que toca como los ángeles, y exprime los teclados con sonidos, Farfisa y Hammond. Estos dos últimos músicos, Félix y Aiert, son contratados por la banda como personal adicional en 2002.

En esta ocasión también acompañó a la banda Gino Pavone, el genial percusionista de la sesiones de estudio.

Resumiendo, un gran concierto y un espectáculo y producción, que rayan la perfección.

Enhorabuena Extremoduro y, gracias por un concierto inolvidable.

Conciertos. Crónica. El Sábado 13-09-14 Extremoduro actuó en la Monumental de las Ventas. «Extremoduro muy cerca de la perfección». Tomás Bartolomé.

Conciertos. Crónica. Extremoduro. Concierto Extremoduro Las Ventas 2014. Madrid. Tomás Bartolomé.

 

Robe. Concierto. Plasencia. 7 de Julio de 2017. Una noche inolvidable

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El escenario unos minutos antes del concierto

Concierto. Robe en Plasencia, viernes 7 de julio de 2017,  primero, de la segunda parte de la Gira Bienvenidos al Temporal, titulada Casi me corto el pelo.

Soy Pintor y Blogger, en mi blog de arte caben muchas cosas, creo en la libertad y en la fusión. He escrito sobre el ultimo concierto de Extremoduro en las Ventas, sobre el primer concierto de esta gira de Robe en Valladolid, y en esta ocasión lo haré sobre el concierto de Robe en Plasencia. En este mismo blog encontrarás sendas entradas.

Vive en Bilbao en su duro invierno, y el verano…, en Plasencia.

No regresaba Robe desde el ya lejano 2008, año en el que estuvo aquí con Extremoduro. Nacido en Plasencia, puerta de entrada del valle del Jerte, tierra de iglesias y palacios; en la vivienda en la que residía su familia entonces…; estudió en La Salle con los curas. Esta misma Plasencia, de nuevo obispo recién estrenado, (24 de jun) sobre trono y catedral antigua. La misma Plasencia, en la que su actual alcalde, quiere ponerle su nombre, a una calle, algo, que Robe Iniesta evidentemente no ve claro (como tampoco vio lo de la famosa subvención). A Robe ya no se la dan con queso.

Era de Plasencia me parece que decía…

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La tormenta se anunciaba así en las ruinas romanas de Cáparra muy cerca de Plasencia

La mañana del viernes (día del concierto) se presentó inestable; después de un viaje en coche con parada en el bar del pueblo (cerveza y pinchos), un stop en la ruinas romanas de Cáparra, en el valle del río Alagón, atravesadas, en esta llanura, por la Vía de la Plata. A las 13:00 horas, aproximadamente  las impresionantes boinas de nubes negras que se posaron insidiosas sobre nuestras cabezas cumplieron de sobra sus promesas, y rompió la lluvia, (el diluvio), con mucha fuerza, y a unos 30 kms de la capital placentina, sobre nuestro increíble golf blanco, una maquina con corazón de león, unos altavoces de ensueño, y vocación de aventura; unos 20 minutos después, mansamente, nos abandonaban en silencio para no regresar. A partir de entonces se despejó la x y el tiempo roló hacia excelente, una incógnita menos (la otra, la del repertorio, que finalmente y sin concesiones, fue el mismo que en Valladolid), de cara al concierto que veríamos ese mismo día a las 22:30 de la noche en la Plaza de Toros de la capital cacereña, en las que el montaje del equipo el escenario y las pruebas de sonido (siempre cuidadoso Robe), se habían producido 2 días antes.

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Un momento del concierto de Robe en Plasencia

Eran las 10:45 de la noche, con 15 minutos de retraso comenzó el show. El coso taurino se encontraba  casi lleno. Según datos obtenidos solo para mis oídos se vendieron, 3.800 entradas. Lo primero que me llamó la atención cuando entramos en el recinto fue el magnífico escenario que casi se comía media plaza y que parecía nuevo, todo lleno y en armonía, de tubulares de una geometría plata que armaba el gigantesco soporte, cubierto y ligero.

Después de unos minutos de impaciencia por fin aparecía Robe, vestido con una camiseta de manga larga color azafrán y una impresionante falda pantalón compuesta por multitud de colores dispuestos en bandas longitudinales y también transversales; color a saco hippy. Con una iluminación llena de cromatismos y magnifica, y un sonido perfecto, espectacular, Robe valiente y poeta, seco como una cerilla aparece en el escenario y comienza una vez más su quejido, el mismo grito de Camarón, Picasso o, Bacon y, Caravaggio; «ahí de ti de mi huyendo de esta soledad». La banda le arropa y le acompaña tan eficientemente como un metrónomo, perfecto cuásar, bajan y suben armonías, frenesí, en un carrusel de emociones que erizan la piel del más pintado. Todos los músicos que le acompañan son artistas de, alma, conservatorio, y enseñanza reglada, que fusionan flamenco, jazz, rock sinfónico, o balada o blues, según el momento. Todos extremeños. Forman juntos una maquina totalmente engrasada en la que la música fluye con una absoluta facilidad natural asombrosa. No destacaré a ninguno porque todos son magníficos.

Esto es Arte. Pocas veces se sienta Robe en esta segunda parte de la gira, y cuando lo hace, es sobre un pequeño trono cubierto de telas de colores que integran (acogen) su figura en un fantástico cuadro, en una pintura llena de color de cuento, me gustaría que posara así, solo unos minutos.

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Plasencia la noche del concierto

Robe, pues si, lo noté emocionado, hubo algún (algunos) momento en que dio las gracias, y sus gestos dejaron ver un sentimiento grande y dulce, como dulce es esta perfecta noche de luna llena extremeña. Era para estar contento, y creo que bajo las estrellas de esta noche con sus nubes, Robe lo estaba. A su manera, el gran músico poeta, con sus canciones, que son joyas, nos regaló a todos y en especial a sus paisanos, una noche mágica e inolvidable.

De Extremoduro Robe incluyó en el concierto algo de folclore…; una jota extremeña:

«Desde que tú no me quieres, yo quiero a los animales, y al animal que mas quiero, es al buitre carroñero, es al buitre carroñero»

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Parque natural de Mofragüe

Regresamos por Monfragüe, por Monfragüe buitres negros.

Gracias Susi, Victoria y Arturo. Sois un trio de ases.

Fotos. BYTBART, archivos fondos propios.

Concierto de Robe en Plasencia. 7 de Julio de 2017. Nos regaló a todos y en especial a sus paisanos, una noche mágica e inolvidable.

Robe. Música. Músicos. Gira Robe. Bienvenidos al temporal. Concierto Robe Plasencia. Gira Robe 2017.

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Robe. Extremoduro. “Bienvenidos al temporal”. Valladolid. Viernes 12 de mayo. 2017. Contenida intimidad

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Foto by TBART. Gira Robe 2017. Valladolid. Archivos fondos propios.

ROBE

Plasencia 15 de mayo de 1962. (Mañana será su cumpleaños). ¡Felicidades!

Cantante, guitarrista y autor. Comienzos 1983. Extremoduro 1987 (once discos de estudio más directos y recopilatorios). 2001, participa en el proyecto Extrechinato y tú. Poesía Básica, con Manolo Chinato. Novela, Viaje íntimo a la locura, 2009. Más innumerables proyectos propios y colaboraciones.

Titulo de la Gira. Bienvenidos al temporal.

Primera parte de la gira. Titulo. Ponte a cubierto, gira pensada para teatros y auditorios.

Segunda parte de la gira. Título. Casi me corto el pelo. Pensada para auditorios y sitios más grandes.

Valladolid. Auditorio Miguel Delibes. Viernes 12 de Mayo de 2017. Hora 21:00.

Presentación. Destrozares. Canciones para el final de los tiempos. Segundo álbum de Robe sin Extremoduro.

Inquietaos. En sus cómodos asientos, expectantes, nerviosos, atrapados en suave piel color siena el ansiado concierto que abría la esperada gira de Robe comenzó con media hora de retraso. Se informó escuetamente por megafonia… (por problemas técnicos según pude saber antes del aviso, solo para mis oídos). Así que nos fuimos a soñar despiertos al parque cercano y, frente al José Zorrilla nos sentarnos en un banco a fumar unos cigarros y tomar unas cervezas. Hacia una tarde muy agradable mas, había descargado una tormenta sin importancia pocas horas antes.
Cuando entramos por fin en el auditorio (una preciosa y enorme caja de madera color vainilla) ya estaban casi todas las localidades ocupadas. Teníamos unas magnificas, muy cerca del escenario y muy cerca también de los familiares de Robe que como es natural no quisieron perderse el importante y emblemático  concierto; (primero de la gira). También, Manolo Chinato el eterno poeta (mucho más delgado). ¡Bien, parecía que estábamos todos!

Eran las 21:35 y el concierto previsto para las 21:00 aún no había comenzado; unos pedían silencio nerviosos, algunos silbaban otros jaleaban, otros silbaban y jaleaban indistintamente… Y por fin en un escenario envuelto en madera y  humo y, decorado con sobriedad (ocho focos redondos con sus pies se perfilaban en el fondo y emitían luz, formado tres líneas de 3, 2 y 3), pero bello comenzó el concierto.
Enseguida bajo una luz (enhorabuena a iluminación) tamizada por penumbra y potentes luces blancas, apareció Robe, sentado, agarrado a su guitarra. El pelo rizado y largo hasta los hombros, una camiseta de manga larga color rosa rojizo, pantalones amplios, color crema, y calzado con botas sin cordones color café, esta vez no llevaba muñequeras, ni collares.

Comienza el espectáculo

Doy la vida sin pensar, no tengo a donde ir, el cielo no es igual, cambió de forma. Y unos versos después y coreado por muchos… » Y ay de ti, de mi huyendo de esta soledad«, suena a la perfección (enhorabuena sonido), El cielo cambió de forma. Armonía. Cañera e intima coros arrebatadoramente aflamencados por el cantante y magnifico bajista (Lorenzo Gonzàlez)… Sigue Robe, «Siento que estoy en un momento delicadoooo«, el público lo acompaña con palmas y nuevamente corea la letra. El acordeonista y pianista… (Álvaro Rodríguez) es magnifico, sofisticado y con empaque. El clarinetista, bajista, es fantástico… (David Lerman). El violínista,  destacado y virtuoso… (Carlitos Pérez), nos  remite a melodías muy líricas y bellas. El baterísta…(Albert Fuentes) da  leña y lleva acunando, a veces suavemente,  la canción al climax… Robe (el feliz responsable de todo esto) por su parte, tiene la voz, rasgada, buena, clara y, potente… ¡Afina y aporta tanto esta mágica noche, como un inesperado y  grandioso fenómeno atmosférico!

Se desgranan, caen una a una, como frágiles hojas de otoño, sus ultimas canciones. Llenas de sentimiento y verdad…  Y rozar contigo, De manera urgente, Guerrero, Un suspiro acompasado, Por encima del bien y del mal, Hoy al mundo renuncio, Donde rompen las horas, Por encima del bien y del mal… No citaré todas. De Extremoduro, Extremaydura, y Si te vas. Evocadoras y épicas. Melodías que calan, te llegan y no se olvidan; son las llaves, que abren  este preciado cofre de buenas y poéticas canciones.

Robe se encuentra magníficamente acompañado de excelentes músicos, todos de Extremadura, en lo que parece toda una declaración de intenciones, que nos remite a ecos de balón por su símil (Athelic de Bilbao).

Habla poco Robe en sus conciertos… Son conciertos sin concesiones. Aún así el artista placentino,  soltó alguna perla…

– «Corren malos tiempos para la libertad de expresión, «La madre que los parió«, fuertes aplausos…, A mí, con esta canción me gustaría herir vuestros sentimientos; de que vale un filosofo que no hiere los sentimientos de nadie…,  fuertes aplausos.

Un buen concierto, un concierto inolvidable, que permanecerá en nuestra memoria eternamente.

Robe. Extremoduro. Concierto. Bienvenidos al temporal. Valladolid. Viernes 12 de mayo de 2017. Contenida intimidad.

Robe. Conciertos. Valladolid. Gira Robe 2017. Primer concierto Gira Robe 2017. Extremoduro.