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Arte. Francisco de Goya. ¿Porqué se quedó sordo el genial pintor?

 

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Primer autorretrato conocido de GOYA. 1768? Con 22 años de edad

FRANCISCO DE GOYA Y LUCIENTES

El genial pintor nació el 30 de marzo de 1746 en un pueblo de Zaragoza (Fuendetodos), que se encuentra a medio camino entre Cariñena y Belchite, a 40 Kms de la capital aragonesa; cabras, ovejas y agricultura de secano; este es el entorno rural en que nace el monstruo.

Su padre era maestro dorador y su trabajo sobre todo consistia en la restauración de retablos. La formación artística de GOYA comienza tarde, aconteciendo cuando su progenitor, se da cuenta, de que no podrá ofrecer a su hijo un futuro mejor, que el de darle, (al igual que sucederá entre otros, con el padre de Paco de Lucia y el de Ara Malikian, 250 años después), un oficio.

Francisco de Goya empezó sus estudios de arte a los 13 años, muy tarde para las costumbres de la época. La familia vivía entonces en Zaragoza. Con 23 años Goya viaja a Italia donde copia a los clásicos. Concluidos sus estudios regresa finalmente a Madrid, comenzando su carrera en la capital de la Villa y Corte, como pintor de cartones para tapices, trabajo en el que permanecerá 12 años en dos periodos de 5 y 7 años respectivamente.

Francisco de Goya a los cuarenta años, tenía ya solucionada su vida en cuanto a ingresos económicos regulares se refiere; poseía el título de Pintor del Rey (Carlos IV) y posteriormente el de Primer Pintor de Cámara, así pues, el artista cada vez depende menos de los encargos de particulares y puede dedicarse a una pintura mucho más personal, creativa y diferente, de lo que entonces era habitual; con 47 años empieza a desarrollar su visión de genio, él lo llama «Obras de capricho e invención».

¿PORQUÉ  SE QUEDÓ SORDO EL GENIAL PINTOR?

 «Goya se queda sordo con casi 47 años (la enfermedad comienza a manifestarse en el mes de noviembre de 1792) a causa de la Plumbosis».

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El AQUELARRE. 1797/8

El genial pintor aragonés, ya estaba sordo cuando realizó «El Aquelarre» 1797.  Su sordera se produjo cuatro años antes debido, a lo que llamaríamos hoy una enfermedad profesional, el nombre que recibe este mal es Plumbosis, el óleo contiene plomo y su constante utilización puede producir una intoxicación gradual de la sangre. Goya estuvo muy grave y la secuela que le dejo la enfermedad fue la sordera y, tal vez el mal genio; esta enfermedad era frecuente entre pintores en aquellas épocas, Caravaggio, el genial pintor italiano de las riñas, los escorzos, y claroscuros… también la padeció.

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Tio Paquete. 1820. Goya

Superada esta enfermedad, y ya sordo, el pintor parece hacer una declaración de intenciones, y su obra se vuelve más personal si cabe; proclamando la libertad creativa del autor al margen de los encorsetamientos de la época; sirva como muestra la temática elegida por el artista para la escena de «El Aquelarre«.

EL GENIAL SORDO NO RENUNCIA A SU MANERA DE SER

Debido a su gran éxito el pintor no puede renunciar a los innumerables compromisos que conlleva su situación y más teniendo en cuenta que la mayoría de sus encargos proceden de la alta sociedad, entre la que se ha convertido en el pintor de moda, por lo tanto al genial sordo no le queda nada más que «nadar entre dos aguas», algo a lo que ya está acostumbrado; GOYA con dosis de inteligencia y sorna supo defender su más íntima identidad, y obtener la libertad que como artista y ser humano entendía como un derecho inalienable; un universal derecho, al que él, no renunciaría fácilmente. Siempre me ha interesado este GOYA  cargado de retranca que parece saber en todo momento quien es, y que mantiene con astucia una cierta desconfianza e independencia. El que trata a diario con reyes y nobles y, también el que sin embargo, siempre tiene presente donde nació, quien es, y lo más importante, ¡Quien, y que, quiere ser!

El gran maestro un año antes de fallecer en Burdeos realiza uno de sus últimos óleos. «La lechera de Burdeos»

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«La lechera de Burdeos» 1827. Goya. Museo del Prado

Goya muere en su exilio de Burdeos el 16 de abril de  1828 a los 82 años de edad.

Arte. Francisco de Goya. ¿Porqué se quedó sordo el genial pintor?

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Arte. La Cartuja de Parma. Stendhal/Goya

 

El Quitasol. (1777). Francisco de Goya

La Cartuja de Parma. Novela. 1839. Stendhal 

Aventuras, un poco de azañas bélicas napoleonicas, y sobre todo, y más extensamente, el amor en crudo y en directo de los personajes que tan bien describe Stendhal, la novela transcurre con facilidad, plagada de intrigas amorosas y también, de luchas de poder palaciego, donde la nobleza, siempre es algo más peligroso, que un molesto invitado, y el príncipe, con su poder indiscutible, tiene la potestad y el potencial, de ser el peor de todos.

Escrita con vigor y precisión, nos descubre, hábilmente, a sus numerosos personajes, a veces con sátira y humor. Por mis gustos, destacaría dentro de esta impresionante novela, la descripción de la batalla, de Waterloo, vista desde dentro, pues nuestro protagonista, Fabrizio del Dongo, participa, por su particular empeño, activamente en ella.

A destacar, su radical frescura, su electrizante dinamismo, y su esencia aventurera insuperable, en algunos pasajes, de una obra tan extensa, y que contiene tantos momentos y situaciones diferentes. Haciendo con su maestría de excelso escritor, lo muy difícil, con una facilidad pasmosa, pudiéndose calificar la novela, como una obra cumbre para su autor, y un clásico de la literatura, para la humanidad entera.

Resta, a veces densa,  pierde ritmo, y el peso de las transiciones, no siempre fluye equilibrado.

El Cacharrero. (1778/9). Francisco de Goya

Pequeño extracto de la novela escrita por Stendhal en 1839…

Este hombre (…) El Rasi

La Cartuja de Parma

“No tenía más debilidad que la de intimidar con los grandes personajes y hacerles reír con sus bufonadas. Le era indiferente que los poderosos se riesen de sus chistes o de su propia persona; no vacílala en sacar a relucir los escabrosos tropiezos de su esposa, con tal de hacer reír y de conseguir que se le tratara con toda familiaridad. Algunas veces el príncipe, no sabiendo ya cómo mofarse de este magistrado, le daba puntapiés, y si le dolían se echaba a llorar. El vicio de la bufonería le dominaba de tal manera, que prefería ir a los salones del ministro que más le encarnecía a quedarse en los suyos, donde imperaba despóticamente sobre todas las togas del país. El Rasi disfrutaba una fama exclusiva de desvergüenza en que el noble más insolente no le podía igualar: la venganza que tomaba por las injurias que tenía que estar devorando continuamente era referírselas al príncipe, con el cual había adquirido el privilegio de poder hablarle de todo; cierto que a menudo la respuesta era un sonoro bofetón, pero aunque le doliera, nunca se incomodaba. La presencia de este gran juez distraía mucho al príncipe en sus momentos de mal humor, porque podía ultrajarle a su gusto. Se ve, pues, que Rasi era casi un cortesano perfecto; carecía de honor y de carácter”.

Arte. La Cartuja de Parma. Stendhal/Goya

Arte. Literatura. Escritores. Novela. La cartuja de Parma. Stendhal. Goya

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Arte. Velázquez. Manet, lo calificó como, «pintor de pintores»

VELÁZQUEZ Diego Rodríguez de Silva y Velázquez. Sevilla 6 de junio de 1599-Madrid, 6 de agosto de 1660.   imagePintor barroco. Naturalismo.

Para muchos es  el mejor pintor español de todos los tiempos, en difícil pugna con otro de los grandes, Goya. Aunque dicen que las comparaciónes son odiosas, sería en este caso muy complicada la contraposición, al tratarse de pintores de muy distintas épocas, el gran maestro aragonés nació en 1746, y Velázquez en 1599, 147 años después que el genio sevillano.

Goya, en alguna ocasión declaró no tener otros maestros que Velázquez, Rembrandt (1608), y la Naturaleza, La opinión de Velázquez sobre Goya, si fuera posible, no podría ser distinta de la del pintor aragonés.

Juan Rodríguez de Silva, padre de Velázquez, (tal vez  hidalgo), fue un notario eclesiástico. nacido en Sevilla, de origen portugués, (los abuelos paternos, se establecieron en la ciudad del Guadalquivir procedentes de Oporto), y Jerónima Velázquez, su madre, sevillana de nacimiento. Diego, era el mayor de ocho hermanos; su hermano Juan, fue también fue pintor.

1609. Con diez años, recibe formación artística en el taller del gran Francisco Herrera el Viejo.

1611, este año su padre firmó la «carta de aprendizaje» de su hijo, Diego de Velázquez, que tenía 12 años, con Francisco Pacheco, obligándose con él, a un periodo de enseñanza de seis años.

Francisco Pacheco, además, de pintor, maestro, y escritor de «El arte de la pintura», que no llegó nunca a ver publicado. No fue mal dibujante, ni mal pintor, con él Velåzquez, aprendió a dibújar del natural, modelos en diferentes posturas, así como caras, y gestos; narices, ojos, bocas, orejas… la misma pedagógica repetición, llevada a cabo siglos después, por el genial Picasso, y otros muchos. Como la envidia es muy mala, Vicente Carducho y Eugenio Cajés, (sus competidores a Pintor del Rey) lo acusaron de ser sólo capaz de pintar cabezas. También recibió críticas de otros pintores de la corte.

Velázquez. Con éxito e influencia, pinta bodegones, (genero pictórico de procedencia flamenca), tan del gusto de aquel tiempo, Se conservan 9 bodegones de su primera época, y once obras de temática distinta. Iluminación tenebrista influenciada por Caravaggio y Zurbarán. Relieve. Un color espeso recubría totalmente el lienzo, luego, en primer plano, colocaba, figuras fuertemente iluminadas, sobre fondo oscuro, aplicaba pinceladas densamente empastadas y modelaba las formas con precisión.

Colores dominantes tostados, carnaciones cobrizas, su paleta de colores era muy reducida. Utilizó toda la vida  los mismos pigmentos, variando con el tiempo la forma de mezclarlos y aplicarlos.

Sevilla, la antigua Hispalis, era entonces  una de las ciudades  más ricas y poblada de España y, la más internacional; su puerto que monopolizaba el comercio con América, le insuflaba modernidad y en ella se percibía enseguida, una rica mezcla de razas y culturas, por sus calles paseaban muchos pintores pues allí no les faltaba trabajo. También poseía una importante sede eclesiástica.

VELÁZQUEZ en 1617, aprobó ante Juan de Uceda, y Francisco Pacheco (su maestro), el examen que le permitía incorporarse al gremio de pintores de Sevilla. Recibió licencia desde entonces, para ejercer como «Maestro de Imaginería y al Óleo», pudiendo practicar su arte en todo el reino, tener tienda pública y contratar aprendices. Tenía 18 años.

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Vieja friendo huevos. 1618. Velázquez

BODA Y LA MAESTRÍA

1618, 23 de abril, el artista se casa en Sevilla, con Juana, la hija de Pacheco (su maestro), que tenía entonces 15 años. En la bella ciudad de la giralda, también nacieron sus dos hijas: Francisca, e Ignacia. Su Maestria de genio ya se manifestó en sus primeras obras realizadas con sólo 18 o 19 años, El Aguador de Sevilla (1620) fue uno de los cuadros que llevó a Madrid. Se lo regaló a Juan Fonseca, por su ayuda en la corte. Mucho tiempo después, este, será a su vez regalado al general Wensley por el Rey Fernando VII. Actualmente se encuentra en Londres.

La Sevilla, rica, y eclesiástica, demandaba temas religiosos, cuadros de devoción y retratos. Su forma de interpretar el natural permitió a VELÁZQUEZ llegar al fondo de los personajes, mostraba así, una gran capacidad para el retrato, les tramitia fuerza interior y temperamento. En su primera visita a Madrid, la primavera de 1622, pinta el retrato de Góngora. Del que existen 3 copias.

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Retrato de Góngora. 1622

En 1621 fallece Felipe III, al que sucede Felipe IV, el cual favoreció a un noble de familia sevillana, Gaspar de Guzmán, el Conde-Duque de Olivares, el todopoderoso valido. Velázquez debió ser presentado a Olivares, por Juan de Fonseca o por Francisco de Rioja

«No se pudo retratar al rey aunque se procuró». El pintor regresó a Sevilla. A quien sí retrató por encargo de Pacheco, que preparaba un libro de retratos, fue a Góngora. También, al  fin se consiguió que el Conde-Duque llamase a Velázquez para retratarlo. Hizo así su retrato, el  30 de agosto de 1623, a gusto de Su Majestad, de los infantes, y del Conde Duque, que afirmó, «no haberse retratado al rey hasta entonces»; lo mismo opinaron, todos los señores que lo vieron. el joven monarca, era solo seis años menor que Velázquez.

En octubre de 1623 se le ordenó trasladar su lugar de residencia a Madrid, como Pintor del Rey con un sueldo de veinte ducados al mes, este, no incluía la remuneración que pudiera obtener por sus propias pinturas y, otras concesiones, como los beneficios otorgados a petición del Conde-Duque.

MADRID 1624

1624. Con 24 años Velázquez en Madrid, finalmente es nombrado Pintor del rey Felipe IV, y cuatro años después, Pintor de Cámara, labores a las que dedicó el resto de su vida. Retratos del rey, y de la familia real, más la decoración de las mansiones reales. Tambien, tiene tiempo de estudiar, la colección real de pintura.

En las enseñanzas de su primer viaje a Italia, conoció la pintura antigua y la de su tiempo, influencias determinantes para evolucionar a un estilo de gran luminosidad y, una técnica de pinceladas rápidas y sueltas.

EXITO EN LA CORTE

Velázquez pudo visitar las colecciones reales de pintura, de enorme calidad. Carlos I y Felipe II habían reunido, cuadros de Tiziano, Veronés, o Tintoretto.

El estudio de la colección real, especialmente la de los tizianos, tuvo una decisiva influencia en su evolución estilística, que pasó del naturalismo austero de su época sevillana, a las severas gamas terrosas y, la luminosidad, los grises plata y, los azules transparentes.

1627 juró el cargo de Ujier de Cámara, y desde 1628, Pintor de Cámara; el poder pintar cuadros para decorar los palacios reales, le dio, una mayor libertad en la elección de temas, libertad, de la que no gozaban los pintores comunes, atados a los encargos y la demanda del mercado, además,  podía aceptar también encargos particulares, en Madrid, sólo lo hizo, de miembros influyentes de la corte.

Su técnica en este periodo, valora más la luz en función del color y la composición. los retratos son luminosos y de mayor refinamiento.

Su tendencia a repintar rectificando lo hecho, a menudo, dificulta la datación precisa de sus obras, «arrepentimientos», achacables a la ausencia de estudios previos, y a un modo lento de trabajar, «flemático», según lo definió el propio rey.

«Pasado el tiempo lo antiguo, que quedó debajo, y sobre lo que se pintó, surge de nuevo».

 

RUBENS EN MADRID

En 1628 Rubens llegó a Madrid para realizar gestiones diplomáticas, y permaneció en la ciudad casi un año. Pintó del orden de diez retratos de la familia real.

En su estancia madrileña, Rubens, copió obras de la colección de pintura del rey, especialmente de Tiziano, pues, representaba para él inspiración y estímulo. Felipe IV llegó a poseer la más importante colección de obras del pintor veneciano.

Rubens y Velázquez ya habían colaborado antes, el flamenco utilizó un retrato de Olivares pintado por Velázquez, para el dibujo de un grabado impreso en Amberes en 1626,  el marco alegórico fue diseñado por Rubens, la cabeza por Velázquez. El sevillano debió ver pintar los retratos reales a Tiziano, una gran experiencia fue observar la ejecución de esos cuadros. Rubens en Madrid, fue la primera influencia decisiva, que sufrió la pintura de Velázquez.

La fragua de Vulcano. (1630)

Rubens impulsó el primer viaje de Velázquez a Italia. así Velázquez, obtuvo el permiso real para completar sus estudios.

Cambio Decisivo. Viaje a Italia. 1629

El 22 de julio, se le concedieron para su ansiado viaje a Italia, dos años de salario, 480 ducados y, también el dinero de algunas ventas, viajó con un criado, llevando con él cartas de recomendación para las autoridades. Era el pintor del Rey de España, y se le abrieron todas las puertas, pudiendo contemplar obras solo para sus ojos. Se produce entonces una radical transformación de su estilo. Ensayó nuevas técnicas, buscó la luminosidad, y encontró su lenguaje pictórico propio, mediante una combinación de pinceladas sueltas, de colores transparentes y, toques precisos para resaltar los detalles.

La Fragua de Vulcano, (1630). Es una obra esencial para entender su evolución. La atmósfera ha superado las limitaciones del tenebrismo y los cuerpos se modelan en un espacio real y no emergen en una sombra envolvente. Desnudo y riqueza de expresion, denotan el estudio del clasicismo romano-boloñés. Estuvo en Génova, y luego en Venecia ciudades en las que visitó colecciones artísticas de los distintos palacios y, copió obras de Tintoreto, después partió hacia Ferrara.

Viajó a Roma donde permaneció hasta el otoño de 1630, alojado en el Vaticano, pudo dibujar libremente los frescos de Rafael y Miguel Ángel; finalmente, regresó a Madrid pasando antes, por Nápoles, donde realizó el retrato de la Reina de Hungría (Museo del Prado), En la cuidad napolitana pudo conocer a José de Ribera (El Españoleto), que en ese momento se encontraba, en su plenitud pictórica.

Madurez en Madrid

Con solo 32 años, realiza el Retrato de Felipe IV. De castaño y plata. Pintado hacia 1623, El conjunto aparece plasmado meticulosamente; consigue los efectos del vestido y de las mangas mediante manchas y toques irregulares.  Al compararse los retratos de Felipe IV realizados por ambos pintores, las diferencias son notables: Rubens los pintó de forma alegórica, Velázquez como la esencia del poder. Picasso lo analizó así: «el Felipe IV de Velázquez, es persona distinta del Felipe IV, de Rubens».

             

Retrato de Felipe IV de España, Rubens, (1628-29) . Felipe IV,  Velázquez, (1626-28)

Concluido su primer viaje a Italia estaba en posesión de una técnica extraordinaria. La década de 1630 fue para Velázquez la de mayor actividad, casi un tercio de su catálogo pertenece a este periodo.  En 1630 la preparación de los cuadros cambió y se mantuvo así el resto de su vida. Su técnica. Blanco de plomo aplicado con espátula, que formaba un fondo de gran luminosidad, complementado con pinceladas cada vez más transparentes. Hacia 1640 esta intensa producción disminuyó drásticamente, y ya no se recuperó en el futuro.

1631, prosiguió su ascenso en la corte. Este año entró en su taller un joven ayudante de veinte años, Juan Bautista Martínez del Mazo, Mazo se casó el 21 de agosto de 1633 con la hija mayor de Velázquez, Francisca, que tenía 15 años de edad. En 1634 su suegro le cedió su puesto de Ujier de Cámara, para asegurar el futuro económico de Francisca. Mazo apareció desde entonces estrechamente unido a Velázquez, como su ayudante más importante.
Velázquez participó en los dos grandes proyectos decorativos del periodo impulsados por Olivares, el nuevo, Palacio del Buen Retiro, y la Torre de la Parada. En1633 recibió la Vara de Alguacil de Corte; Ayuda de Guardarropa de su Majestad en 1636; en 1643 Ayuda de Cámara (el máximo reconocimiento de los favores reales), y Superintendente de Obras un año más tarde.

LOS 40 NEGRA DÉCADA

Muere su suegro y maestro Francisco Pacheco (1644), cae del poder el valido del rey, el Conde-Duque de Olivares, su protector; muee la reina Isabel (1644); defunción del príncipe Baltasar Carlos, a los 17 años de edad; rebeliones en Cataluña y Portugal, derrota de los tercios españoles en la batalla de Rocroi.

REGRESO A ITALIA

1649, de nuevo en Italia. Embarca, en enero, hacia, Génova y, permanece, en Italia  hasta mediados de 1651, con el mandato real, de adquirir pinturas, y esculturas antiguas  (Al no poder comprarlas, encargó copias en bronce mediante vaciados o moldes), y contratar a Pietro da Cortona para pintar al fresco varios techos de, El Real Alcázar de Madrid.

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RETRATO DE INOCENCIO X. (1650). 140 x 120 cm. Galería Doria Pamphili. Roma

Velázquez fue nombrado Académico Romano (1650). El retrato más importante que pintó en Roma, fue el del Papa Inocencio X. debió sentir profundamente, el apasionante reto de pintar al Papa, sería consciente, al contemplar los retratos que Tiziano y Rafael pintaron a anteriores papas, (y considerados obras maestras), que sería eternamente, recordado y, comparado con estos dos grandes maestros de la pintura.

Una combinación de distintos tonos; rojos, amarillos, blancos. La figura erguida en el sillón. Fuerza, vigor en su rostro y, mirada severa. El retrato más aclamado en vida del pintor y que sigue hoy día suscitando inspiración y admiración, estaba en la cima de la fama y la técnica. No era fácil que el Papa posase para un pintor, muy pocos, lo conseguían, las pinturas que Velázquez le llevó como regalo del rey lo facilitaron. Con pinceladas sueltas, varios tonos de rojos se combinan, desde el más lejano, al más cercano; al fondo el rojo teja oscuro de la cortina, después, el más claro del sillón, en primer plano, el impresionante rojo de la muceta, con sus luminosos reflejos. Sobre este ambiente domina la cabeza del pontífice de rasgos fuertes.

Felipe IV deseaba su vuelta a España. En febrero de 1650 escribió a su embajador en Roma para que urgiese su regreso: «pues conoceis su flema, y que sea por mar, y no por tierra, porque se podría ir deteniendo y más con su natural». Velázquez seguía en Roma a finales de noviembre; hasta mayo de 1651, no embarcó en la ciudad de Génova. 1651, regresa a Madrid, con numerosas obras de arte. Felipe IV lo nombró Aposentador Real, lo que le encumbró en la corte, y añadió a su cuenta fuertes ingresos, que se sumaron a los que ya recibía como pintor, ayuda de cámara, superintendente y, en concepto de pensión.

Autorretrato. (1650)

Al final de su vida pintó sus dos composiciones más grandes y complejas: La fábula de Aracné (1658), conocida popularmente como Las hilanderas, y el más celebrado y famoso de todos sus cuadros, La Familia de Felipe IV (Las Meninas).

Las meninas o La familia de Felipe IV. (1656)

En 1656. Podemos apreciar su estilo último, donde parece representar la escena, mediante una visión fugaz; pinceladas atrevidas, que de cerca parecen inconexas, pero contempladas a distancia adquieren todo su sentido, anticipándose a la pintura de Manet, y a los impresionistas del siglo XIX.

Velázquez deseaba alcanzar la nobleza, y procuró ingresar en la Orden de Santiago. Debía probar que sus antepasados directos habían pertenecido a la nobleza, que no eran ni judíos ni conversos. Mas no acreditada la nobleza, sólo la dispensa papal podía lograr que fuese admitido en la Orden. A instancias del rey, el papa Alejandro VII dictó sentencia en 1659 otorgándole la dispensa solicitada, y el rey le concedió la hidalguía, venciendo así la oposición del Consejo de Órdenes, que en la misma fecha despachó en favor del pintor.

Cayó enfermo a finales de julio, y el 6 de agosto de 1660, murió a las tres de la tarde en Madrid. Al día siguiente, 7 de agosto, fue enterrado en la desaparecida iglesia de San Juan Bautista con honores. Ocho días después, el 14 de agosto, falleció también su esposa Juana.

ESTILO

Desarrolló su propio estilo, de  pinceladas diluidas, toques rápidos y, precisos detalles. Simplificación, rapidez de ejecución.Técnica, precisa y esquemática; no tenía la composición totalmente definida al ponerse a trabajar; prefería ajustarla según iba progresando. Raramente hacía dibujos preparatorios, solo algún boceto, líneas generales y composición. Sus célebres correcciones se aprecian a simple vista. Otra costumbre era retocar sus obras después de concluidas; en algunos casos, muchos años después. El acabado es otra parte fundamental de su arte, las figuras –en particular cabezas y manos– son siempre la parte más elaborada; mientras zonas abocetadas con amplias pinceladas ocupan gran parte del cuadro, partes de una, intensidad expresiva intrínseca, bien integradas en la composición del cuadro,

Su catálogo consta de unas 120 o 130 obras. cantidad reducida, dados los cuarenta años de dedicación pictórica. Debió pintar alrededor de ciento sesenta cuadros.

El Museo del Prado tiene unas cincuenta obras del pintor, la parte fundamental de la colección real, mientras que en otros lugares y museos de Madrid, se encuentran otras diez obras. El resto, guardadas como oro en paño, en los museos más importantes del mundo.

Arte. Velázquez. Manet Lo calificó como el «pintor de pintores» y «el más grande pintor que jamás ha existido».

Arte. Pintura. Pintores. Velázquez. Sevilla. Madrid. Roma. Museo del Prado. Rubens. Goya. Retrato. Retrato de Inocencio X.

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Arte. Goya. «Él estuvo enamorado». Para ella, fue, una provocadora coquetería

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Duquesa de Alba vestida de negro. 1797.

GOYA ENAMORADO

María Pilar Teresa Cayetana  de Silva Álvarez de Toledo y Silva Bazán. La Duquesa de Alba, es la mujer más retratada por el pintor, «él estuvo enamorado», para ella tal vez solo fuera una provocadora y morbosa coquetería.

MARÍA TERESA murió, tenía solo 4o años. En julio de 1802 cuando se encontraba residiendo en su magnífico Palacio de Buenavista sito en la céntrica Calle del Barquillo de la capital de España fue tristemente visitada de urgencia, por la que nunca descansa. La Duquesa que era viuda falleció sin descendencia aunque antes adoptó a una niña negra llamada María de la Luz, de la que hasta el momento, misteriosamente, se ha perdido el rastro.

¿DE QUE MURIÓ LA DUQUESA?

La causa de su muerte parece ser que fue un sincope, aunque claro; en la villa y corte corrieron muchos rumores y las lenguas de vencíndona, divagaron ampliamente sobre el suceso; se chismorreó que podría haber sido envenenada y también, que la causa más probable habría sido una enfermedad de transmisión sexual. Nada de esto ha sido probado nunca. Un sincope del que  nunca se recuperó acabó con ella en poco más de un mes y sin haber recuperado la consciencia. María Tresa, murió en una situacion económica muy difícil pues tenía grandes deudas.

Nunca se ha podido demostrar que  Goya tuviera una relación amorosa con María Teresa, pero parece asegurado que el pintor  la amaba. Esto parece confirmarlo el retrato  «Duquesa de Alba vestida de negro» en la que la aristócrata, señala con el dedo el texto que tiene a sus pies y que reza… «Solo Goya 1797«

GOYA ACUSADO

En 1803 el pintor es investigado por la Santa Inquisición a la que le interesa, su serie de grabados «Los Caprichos». Así pues, la Compañía de la Cruz Verde los consideraba anticlericales y por supuesto inmorales, también miran con lupa «La Maja Desnuda», según decían era una impudicia que nadie debería contemplar. ¡Pasó miedo!…, ¡le avisaron de que andaban tras él!

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ENSAYOS. Estampa. Numero 60. De la serie «Los Caprichos». 1799

Nuestro genio se siente acosado por el santo tribunal, pero se le ocurre una solución ingeniosa, el astuto aragonés, se los quitará de encima cediéndo «Los Caprichos», al Rey Carlos IV, Rey del que GOYA era Pintor de Cámara por lo que además  de la gratitud Real por el regalo, el pintor recibe  una renta de 1200 reales al año y además, y lo más importante, deja fuera de juego a los censores de la Santa Inquisición que como sabuesos sedientos de sangre y protagonismo andaban tras sus sordos pasos. ¡Una jugada maestra del genial pintor!

GOYA RICO

En la época en que vivió Francisco de Goya los pintores sobre todo realizaban retratos

El retrato estaba de moda y GOYA pintó muchos y ganó mucho dinero. ¡GOYA se hizo rico! Aparte de su sueldo de funcionario, el genial aragonés, tenía clientes muy poderosos y acaudalados que le pagaban muy bien por su trabajo, así pues, el artista se hizo con una buena fortuna que supo invertir convenientemente. Fue uno de los principales accionistas del Banco Nacional de San Carlos, precedente de lo que hoy conocemos como Banco de España.

Mercado del Arte. Actualmente una serie completa de 80 grabados de «Los Caprichos» fue subastada en Nueva York por un millón de euros.

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«La Duquesa de Alba vestida de negro», detalle. Esta pintura fue realizada por Francisco de Goya, en 1797 en el Palacio del Coto de Doñana, propiedad de la DUQUESA DE ALBA, a la que siguió el pintor cuando esta enviudó. En la pintura, sobre la arena de la playa puede leerse… «Solo Goya 1797». La Duquesa, lleva puesto en un dedo de la mano que señala esta leyenda, dos anillos yuxtapuestos con las palabras, «Alba», en uno, y en el otro, «Goya». Actualmente el cuadro se encuentra expuesto en La Hispanic Society de Nueva York.

Arte. Goya Enamorado, Acusado, y Rico. Tomás Bartolomé

Arte. Francisco de Goya. Goya. Pintura. Pintores.  Goya y la Duquesa de Alba. Goya Enamorado. Goya Rico. Mercado del Arte.

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Goya. Enamorado, de María Teresa Cayetana De Silva, Duquesa de Alba

La Duquesa de Alba. 1795. Francisco de Goya

FRANCISCO DE GOYA. Fuendetodos 1746. Burdeos 1828.

De familia de clase media, su padre era dorador, esto es, artesano/decorador; doraba retablos, tallas, y cosas por el estilo, GOYA, empezó sus estudios artísticos, con 13 años, un poco tarde para su época; ya con 40 años, poseía el título de PINTOR DEL REY  (CARLOS IV) por lo cual, también obtenía una renta.

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La Familia de Carlos IV. 1800.

Sucesivamente, iría ascendiendo paulatinamente, hasta convertirse, en PRIMER PINTOR DE CAMARA. Sus ingresos continuaron al alza. Comienza a retratar GOYA a la Familia Real, pero hay alguien que le obsesiona,  MARÍA TERESA DE SILVA ÁLVAREZ DE TOLEDO. «LA DUQUESA DE ALBA».  ¡Es la mujer más retratada por el pintorUNA OBSESION

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La Maja Desnuda. 1790/1800.

Para él fue amor, para ella, tal vez solo fuese un provocador juego, de necesidad y coqueteo

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La Duquesa de Alba. 1795.

La obra LA DUQUESA DE ALBA es de 1795. La Duquesa, tenía entonces 33 años; fallecería 7 años después con 40. La pintura fué realizada por GOYA, un año antes del  triste por prematuro deceso, de su marido. Cayetana enviudó de su primo José Álvarez de Toledo, en 1796. No tuvieron descendencia, lo que originaría  graves problemas a la Casa de Alba. Posteriormente Cayetana, adoptaría una niña negra llamada Maria de la Luz, de la que como un asunto misterioso, se ha perdido el rastro hasta hoy día. Cuando MARÍA TERESA ya viuda, con 34 años se retira a su residencia veraniega de SANLUCAR, es seguida por FRANCISCO DE GOYA. No hay constancia de los meses que permanecieron juntos; solo se conservan de este romántico momento, (al menos tuvo que existir el coqueteo), una pintura,  bocetos, y algún grabado.

LA DUQUESA MAJAS E INQUISICIÓN

La afirmación de que la Duquesa de Alba posara para las MAJAS, Es una leyenda urbana más. Las  pinturas, fueron encargadas por GODOY, Ministro, y también amante de la Reina Mariá Luisa, a su vez, prima del rey (Carlos IV), Se cuenta, que GODOY tenía colgadas las dos MAJAS en su domicilio, y que según fuera de comprometida la visita a su casa, así presumía él de una, o se pavoneaba de la otra.

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La Maja Vestida. 1800/8.

A causa de, La MAJA DESNUDA, GOYA, fue juzgado, y finalmente absuelto, por la entonces siempre oscura, y activa inquisición. El genio aragonés, no pudo olvidar jamás el terror que le inspiró, la visita del venerable Santo Oficio de la Cruz Verde, que andaba ávida tras sus pasos, aunque afortunadamente, el genial maestro aragonés, tenía importantes padrinos, y además siempre supo defenderse solo.

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La Duquesa de Alba. Año 1795.

El retrato de la Duquesa a la que amó, y que de nuevo vemos, sobre estas líneas, es de una altísima calidad. Si podéis debéis de verlo en directo, os asombrareis de  lo que es capaz de hacer el genial pintor con el óleo. Parece Magia, esa maestría indiscutible. Poner atención al alarde del muy alto nivel técnico, de GOYA, que se puede observar, en las vaporosas y mágicas  transparencias del vestido, ¡es algo maravilloso! Este magnífico cuadro se encuentra en la actualidad colgado, en una de las paredes, de la Casa de Alba de Madrid, en el Palacio de Liria, actualmente abierto al público ¡Por favor, no se lo pierdan!

Goya. Enamorado de María Teresa Cayetana de Silva Álvarez de Toledo. La Duquesa de Alba.

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